En los primeros años de bitcoin, especialmente en 2017, cuando su precio se disparó bruscamente, muchos analistas financieros consideraron que el BTC era solo una “burbuja”. Las “burbujas financieras” son activos que crecen rápidamente en valor y luego desaparecen en un abrir y cerrar de ojos, al igual que las burbujas de jabón que soplas en tu patio.

Una “burbuja” se produce cuando el valor de un activo cae bruscamente, después de un rápido aumento de valor. Una de las burbujas más populares que el mundo haya experimentado, fue la crisis de los tulipanes en Holanda, en los años 1600.

¿Qué fue la crisis de los tulipanes?

En la década de 1600, los holandeses se encontraban en plena Edad de Oro neerlandesa, principalmente debido al desarrollo del comercio internacional. Aquí fue donde comenzó la tulipomanía.

Sabemos lo que estás pensando: ¿tulipanes? ¿Las flores? ¡Exactamente! Durante esta época, ocurrieron mutaciones naturales en los tulipanes, apareciendo variedades con rayas de colores y diferente combinaciones en sus pétalos. En un instante, estas flores se convirtieron en un símbolo de alto estatus, creando una nueva clase de comerciantes ricos en Holanda.

Estos tulipanes eran muy codiciados y por una buena razón. Las siguientes variedades fueron especialmente populares:

Couleren, Rosen, Violetten & Bizarden

Debido a la novedad de estas flores, la demanda creció rápidamente y dió lugar a la aparición del mercado spot o al contado. Los mercados al contado son aquellos a los que la gente acude para comprar activos financieros como divisas, valores, productos básicos y, en este caso, tulipanes. Estos mercados permitían la entrega inmediata y el comercio de los tulipanes.

Sin embargo, comprar estos tulipanes era mucho más fácil que cultivarlos. Por lo general, estos tulipanes tardaban alrededor de siete años en crecer desde la semilla hasta el bulbo, y los que tenían las mutaciones podían tardar aún más. Los tulipanes podrían transportarse de junio a septiembre, durante la fase inactiva de la planta. En esos meses, las personas podían comprar los tulipanes de inmediato. Sin embargo, durante los otros meses del año (de octubre a marzo), los tulipanes no podían ser transportados, ya que esto podía acabar con la vida de las plantas. Por lo tanto, en lugar de comerciar con las plantas, los compradores comenzaron a utilizar contratos a futuro para expresar su intención de comprar bulbos de tulipán, a un determinado precio y en una fecha determinada. 

A medida que la demanda crecía, el precio de estos tulipanes subía rápidamente. En su mejor momento, el precio de los bulbos excedía el salario de muchos trabajadores calificados. A veces, ¡incluso superaban el precio de una casa! Por estas circunstancias, el mercado se inundó de especuladores que esperaban beneficiarse de la alta demanda y el aumento de los precios.

Al ver la popularidad de los tulipanes, muchos agricultores decidieron cultivarlos ellos mismos. Esto condujo a un aumento de la oferta y, en consecuencia, a una disminución de la demanda. En febrero de 1637, estalló una peste bubónica en la ciudad holandesa de Haarlem, justo antes de la subasta de tulipanes. A partir de este momento, comenzó la crisis de los tulipanes. Los precios de los contratos se derrumbaron y ya nadie quería comerciar con tulipanes. Como resultado, la gente tenía contratos cuyo precio era diez veces mayor que la cantidad de tulipanes que se vendían en ese momento.

Y así es como la burbuja estalló, convirtiéndose la crisis de los tulipanes en la primera burbuja económica de la historia. 

¿Por qué bitcoin no es como los tulipanes?

Si tomamos en cuenta lo ocurrido en los últimos años, sería razonable comparar la tulipomanía con el aumento de los precios del bitcoin. Ambos activos han sido muy valorados y utilizados como herramientas de inversión por muchos especuladores que entran en el mercado. Sin embargo, con el desarrollo de bitcoin, ha quedado claro que la primera criptomoneda está lejos de ser una burbuja financiera.

Si nos fijamos en los aspectos técnicos de los dos activos, bitcoin ya era muy diferente desde el principio. Las flores tenían una vida limitada y con las muchas mutaciones disponibles en el mercado, era difícil determinar la variedad o apariencia exacta, solo mirando el bulbo. Aquellos que plantaban tulipanes, esperaban obtener el tipo exacto de tulipán en el que habían invertido.

Si los comerciantes querían hacer negocios con ellos, también tenían que coordinar un transporte seguro. Los comerciantes tampoco podían negociar una parte de la planta, ya que al dividir el tulipán en partes más pequeñas, podían terminar matando la planta completa. Las flores se pueden robar fácilmente en los campos de cultivo o en los puestos del mercado, lo que significa que son más difíciles de proteger. Todos estos factores hicieron que fuera difícil pagar por estos tulipanes.

Bitcoin, por otro lado, es una moneda completamente digital. Puede ser transferida usando una red global peer-to-peer. En términos de seguridad, está protegida por sólidas técnicas criptográficas. ¿Quieres comerciar solo una parte de un bitcoin? ¡No hay problema! Puedes comprar y vender fácilmente cualquier fracción de un bitcoin. El dinero puede ser enviado desde cualquier lugar y en cualquier momento. No tienes que esperanzarte con nada en el comercio de bitcoin; obtienes aquello por lo que has invertido.

Estos factores son exactamente la razón por la que bitcoin es diferente a los tulipanes. Fue creado con un propósito específico y, según su creador Satoshi Nakamoto, debe ser “un sistema de dinero electrónico peer-to-peer”, que supere todas las limitaciones de las monedas fiduciarias.

Actualmente, la única similitud que comparten bitcoin y esos tulipanes, es la rapidez con la que han aumentado sus precios y lo buscados que han sido ambos activos. 

Bitcoin: más allá de la burbuja

Aparte de las diferencias mencionadas anteriormente, una característica clave que pone a bitcoin más allá de ser una burbuja, es el desarrollo de oportunidades de uso real dentro de las comunidades comerciales. Ya no es sólo una herramienta de inversión, es la inclusión financiera. La gente lo utiliza para realizar pagos internacionales con mayor facilidad, enviar remesas más baratas y proteger el valor de su dinero.

Se podría hablar de una “obsesión por bitcoin”, por lo que sucedió a finales de 2017 o principios de 2018. La gente solía llamarlo una “burbuja””, pero hoy día podemos atribuir el miedo a los eventos del pasado. La industria de las criptomonedas continúa floreciendo y la gente sigue realizando transacciones comerciales con regularidad. Todavía hay muchas personas que esperan grandes ganancias al invertir en bitcoin, pero aquellos que decidieron usar bitcoin para controlar sus finanzas están convencidos de que se está convirtiendo en algo más, una forma regular de moneda cotidiana.