Era un día extremadamente caluroso del verano de 2017 en el sector de Nyamata en el distrito de Bugesera, en Ruanda. La construcción de un nuevo edificio acababa de comenzar y la presencia de algunos rostros desconocidos había despertado la curiosidad de los habitantes, que no estaban acostumbrados a tener muchos visitantes. La imponente silueta de un hombre podía ser vista desde lejos. Este se quitó la camisa y agarró una pala para cavar un hoyo donde se instalaría un pozo de agua. Con sudor corriendo por su frente y sus enormes brazos cubiertos de tierra, se podía confundir fácilmente esta imponente figura con un Goliat; pero si se le miraba más de cerca, se podía apreciar que su cara no era de disgusto sino de pura pasión.
Cuando Ray Youssef y Artur Schaback fundaron Paxful, soñaron con un mundo en el que cada persona pudiera encontrar una solución a sus problemas. Su visión y deseo de ayudar a otros, iba mucho más allá del alcance que tenían las criptomonedas. Youssef siempre supo que quería encontrar una manera de llevar educación, agua, agricultura y otros recursos a los lugares que más lo necesitaban. Buscaba crear un cambio real y sostenible; era solo cuestión de cómo y cuándo.
Tan solo dos años después del lanzamiento de Paxful, bitcoin experimentó su primer gran aumento, alcanzando un pico de casi $20,000 dólares por bitcoin a finales de 2017, y el hombre que había creado oportunidades para tanta gente, finalmente vio una oportunidad llamando a su propia puerta. Él comprendía el dolor de la lucha y el valor del trabajo duro, el gran sentimiento que llevó a la creación de Built with Bitcoin. Youssef quería mostrar que bitcoin era más que una moneda digital; era un vehículo que provocaría un cambio real.
En otras partes del mundo, Yusuf Nessary estaba dando vida a su propia visión. Nacido y criado en la zona sur central de Los Ángeles, Nessary es hijo de dos refugiados de Afganistán. Como muchas familias inmigrantes, trabajaron duro para construir una vida en una tierra desconocida. Nessary experimentó las dificultades de crecer en una comunidad de bajos ingresos, pero nunca, ni por un momento, sintió falta de amor por parte de sus padres.
“Fuimos criados en el amor, a pesar de que las circunstancias de nuestro entorno eran terribles. Creo que independientemente de lo que suceda en tu entorno, es posible tener una experiencia positiva”.
Ese sentimiento resonó profundamente con Nessary, y con el deseo de crear esperanza para las comunidades que luchan en todo el mundo, nació Zam Zam. Su misión era, y sigue siendo, luchar contra la pobreza proporcionando acceso al agua potable, la educación y la agricultura sostenible, a los pueblos más pobres de todo el mundo. Para ambos, Youssef y Nessary, la compasión condujo a la acción, y con una sincronía casi inexplicable en su visión, surgió una asociación feliz e inesperada.
Nessary conoció de Paxful por primera vez cuando Youssef hizo una donación a Zam Zam en mayo de 2017. Sorprendido por el gran monto y sin conocer mucho de Estonia, Nessary tomó la iniciativa y se presentó. “Y como dicen, el resto es historia”, dice Nessary, riendo. Nessary nunca había oído hablar de bitcoin, pero en poco tiempo, Zam Zam se asoció con Paxful para construir una escuela financiada totalmente por esta criptomoneda. En julio de 2017, comenzó la construcción de una escuela con tres aulas, cuatro baños con un sistema de riego portátil y un tanque de agua de 15,000 litros en Nyamata, Ruanda.
Como es tradicional en la región, el techo de la estructura fue hecho de bambú, una alternativa de construcción resistente y rentable. Sin embargo, una semana antes de que abriera la escuela, Nyamata fue golpeada por fuertes lluvias y el techo de una de las aulas se derrumbó. Nessary recuerda que sintió mucha culpa y miedo, pensando en lo que podría haber pasado si los estudiantes hubieran estado en el aula en ese momento. Recuerda que tuvo que hacer una llamada telefónica muy difícil a Youssef para informar al equipo de Paxful que el diseño inicial había fallado y que necesitaban fondos adicionales para reconstruir el techo con materiales más resistentes. En menos de un día, el equipo de Paxful transfirió los fondos necesarios.
Cuando la escuela finalmente abrió sus puertas, Nessary conoció a Emmaculée, una madre cuyos hijos habían estado asistiendo a la escuela durante el último año. Sorprendentemente, la mujer preguntó si podía disponer de un momento para expresar su gratitud y le pasaron el micrófono. Inmediatamente, Nessary pudo sentir el poder en su voz, mientras explicaba las difíciles circunstancias en las que los niños de Nyamata asistían a la escuela previamente. Preocupaciones relacionadas con desplazamiento, costos de transporte, seguridad y educación de calidad, eran ahora cosa del pasado. A medida que su voz se hacía más intensa, una emoción palpable se extendió por todo el salón, con los demás padres y madres afirmando que ya no tenían que preocuparse. Fue un discurso edificante que llevó a un regalo inesperado e inolvidable.
Para sorpresa de Nessary, Emmaculée había llevado dos pollos. No muy seguro de cómo recibir el regalo, se quedó sin palabras por un momento. Emmaculée habló una vez más y explicó lo valiosos que son los pollos en las zonas rurales de Rwanda. Las aves proporcionan huevos, carne y protegen la tierra de otros animales pequeños. Era algo que significaba mucho para su familia. Al igual que Youssef y Nessary, quienes tomaron acción motivados por la pasión, Emmaculée se sintió movida a hacer un gesto que creía que representaba toda la felicidad que sentía al poder dar una educación a sus hijos. Con una gallina y un gallo, dijo que esperaba que estos pudieran construir una familia similar a la que Zam Zam y Built with Bitcoin habían construido para la comunidad de Nyamata. Fue un momento que Nessary y su equipo nunca olvidarán.
Nessary recuerda que el día de la inauguración, una enorme nube de lluvia se puso sobre la escuela. Habían planeado celebrar la ceremonia al aire libre, pero cuando empezó a llover, llevaron a todos adentro. Después del discurso de Emmaculée, Don (gerente de proyecto de Zam Zam) se acercó a Nessary y le preguntó si se daba cuenta de en qué habitación estaban. Confundido, miró a su alrededor y se dio cuenta de que era la misma aula donde el techo se había derrumbado anteriormente. Miró hacia arriba y pensó en lo extraño que a veces resultan las cosas. Una semana atrás, estaba parado ahí sintiéndose desesperado y ahora, el salón estaba lleno de nada más que esperanza en cada rincón. “Pensé dentro de mí que Built with Bitcoin nos estaba protegiendo de la lluvia”, dijo.
Al año siguiente, Zam Zam regresó a la misma escuela para celebrar su primer aniversario y se encontró con una comunidad próspera. No era solo una escuela que habían construido, era un espacio para que la familia y los amigos se reunieran, un lugar para las reuniones del ayuntamiento, un lugar para las fiestas de cumpleaños. Bitcoin, como una herramienta para hacer el bien, había dado a la gente de Nyamata la oportunidad de mostrar lo mejor de sí mismos.
Las historias de Emmaculée y tantas otras personas, es lo que inspira a Built with Bitcoin a seguir adelante. Lo que comenzó como una idea se ha convertido en un movimiento que trae oportunidades y esperanza a los mercados emergentes de todo el mundo. Este es solo el comienzo del objetivo de Ray y Artur de construir 100 escuelas, y no hay duda de que continuarán trabajando en su visión hasta el final.